MEJORAR EL SUEÑO DE NUESTRO BEBÉ, consejos


Algunos bebés  y no son muchos la verdad, se duermen de forma natural y tranquila en su cuna. Sin embargo para muchas familias enseñar a su bebé a dormir en su cuna es un proceso complejo y trae algún que otro disgusto.

Si te preguntas si es imprescindible...no lo es. Puedes dormir a tu bebé en brazos. El recién nacido precisa ser arropado y necesita contacto directo, pero solo desde esa seguridad después podremos retirar si lo deseamos paulatinamente el contacto. Con tranquilidad, marcandonos unos objetivos con tiempo y sin prisa...y si así no funciona y piensas que esta mejor durmiendo en tus brazos, también está bien.😉



    Según la AEP (Asociacion Española de Pediatria)

  • El recién nacido: duerme prácticamente  todo el día con breves despertares entre medias. Hasta la sexta semana de vida el periodo más largo de sueño puede ser indistintamente de día o de noche.
  • Entre 3 y 6 meses: Tarda menos en quedarse dormido y su fase REM es mucho más larga que en los adultos, puesto que es un periodo de mucho aprendizaje y necesita más tiempo para organizar toda la información
  • Entre 6 y 12 meses: aparece el sentimiento de extrañeza, lo que justifica la utilización de algún tipo de muñeco o peluche para que lo asocie con dormir y no resulte imprescindible la presencia constante de algún familiar
  • Entre 12 y 24 meses: duermen generalmente entre 14 y 15 horas, divididas entre una siesta por la tarde y el descanso nocturno, y la duración del sueño REM comienza a reducirse
  • Entre los 2 y los 5 años: el sueño dura aproximadamente 11 horas, siendo cada vez menos frecuentes los despertares durante la noche
  • A partir de los 5 años: las siestas comienzan a ser menos rutinarias y las fases empiezan a igualarse con la de los adultos

1. Cuanto más se duerme, mejor se duerme.

Parece una frase que decían nuestra abuelas, pero es muy importante diseñar unos tiempos de siestas durante el día con nuestro peque, e intentar mantener un ritmo de horarios para mejorar su sueño diurno y así después, estar preparado para abordar las noches. En el sueño infantil, "cuanto más se duerme mejor se duerme" y las rutinas tienen un papel fundamental, para ello es conveniente conocer los períodos de vigilia recomendados por edad.

2. La flexibilidad es la clave

Seguramente tu bebé tiene alguna preferencia para dormirse: chupete, hamaca, pecho o biberón y probablemente prefiera a alguna persona en concreto. 

Si trabajamos la flexibilidad, también la nuestra, que a veces solemos ir a lo que más rápido nos funciona, evitaremos que ningún hábito se quede instalado de forma permanente y esto nos suponga un problema porque solo concilia el sueño de tal o cual manera, y ahí empiezan los despertares.

Los niños suelen despertar muchas veces durante la noche, pero si tienen la habilidad de volver a dormirse con la menor ayuda posible, podrán enlazar varios ciclos seguidos hasta llegar a la ansiada situación de “dormir toda la noche”

3. Los niños suelen madrugar

Nos encantaría que se acostaran a las 8 y durmieran hasta las 9 del día siguiente, pero tenemos que ser realistas y aceptar, que los niños son madrugadores por naturaleza. Los horarios ideales para empezar el día serán entre las 7-8 de la mañana, y para terminarlo, sobre las 20-21 dependiendo de la edad. Encuentra la forma de encajar estos horarios en tu planificación de siestas.😃

4. Marca una hora para finalizar estímulos

Aproximadamente hora y media antes de la hora de ir a dormir, es el momento de guardar juguetes, musicales, apagar tv etc... Este momento es "tiempo de calma". Si por ejemplo tu hijo se pone nervioso en el baño, o se enfada tremendamente al sacarlo y vestirlo, será buena idea sacarlo del baño justo antes de este momento y empezar a continuación la calma en casa.

5. Busca un momento de relajación antes de ir a dormir

Encontrar el tiempo, 10-15 minutos, justo antes de dormir para leer un cuentos, poner un poco de música suave, un proyector de luces antes de empezar a dormir, es importante para que vayan entendiendo que es el momento de acabar el día. Este momento debería ser en la habitación donde vaya a dormir y ya solo acompañado de la persona que le ayudará a dormir esa noche.

6. Diferencia el día de la noche

Lo ideal sería  bajar al máximo la luz en la habitación, de noche oscuridad total a la hora de dormir. Y en las siestas de día, algo de luz natural. 

7. No intervengas durante la franja de sueño, salvo que sea imprescindible

Asegúrate que no pase ni frío ni calor durante el sueño, para que esto no le despierte y que no tengas que entrar para arroparle, muchas veces estos pequeños estímulos le despiertan. Tampoco le cambies el pañal en mitad de la noche, asegúrate de utilizar una marca de calidad para que aguante, aunque esté lleno, es mejor eso que tener que cambiarle. Un truco que funciona muy bien es comprar una talla más de la que usa habitualmente en el día solo para el momento de la noche.

8. Evita intervenir corriendo

No corras cada vez que escuches el menor ruido de tu bebé, sé paciente, espera a ver cómo evoluciona, solo así podrás ajustar tu intervención y ver si necesita un susurro, unas palmaditas, comer o que le cojas en brazos. Así podrás ver que con el tiempo, algunos de esos despertares empiezan a gestionarlos solos, intenta siempre la mínima intervención posible.

9. Paciencia, amor y empatía

Altas dosis de los tres te harán falta para lograr cambios en el sueño de tu hijo, pero merece la pena. El descanso de toda la familia es necesario! 👌😃


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